Tomado de Diario de Cuba, Sitio de la Muestra en Facebook y CineCubano
Un homenaje al cineasta cubano Nicolás Guillén Landrián se efectuará en el contexto de la 4ta Muestra de Cine Documental «Latinoamérica en Nosotr@s», prevista del 2 al 8 de septiembre próximo en la ciudad de San Juan, Puerto Rico.
Los organizadores del encuentro precisaron que el homenaje a Nicolás Guillén Landrián (1938-2003), que se celebrará en el Cinemabar del Viejo San Juan, incluirá la proyección de las obras más representativas de su trayectoria, como Barrio Viejo, Cuba, 1963 (9 min); Ociel del Toa, Cuba, 1965 (17 min); Reportaje, Cuba, 1966 (9 min) y Coffea Arábiga, Cuba, 1968 (18 min), asi como el documental realizado por Raydel Araoz y Julio Ramos Retornar a la Habana, Cuba, 2013 (27 min), donde Gretel Alfonso, viuda de Guillén Landrián, relata el exilio y la itinerancia de la vida de la pareja en Miami entre 1989 y 2003.
Como parte del programa del evento, organizado por la Asociación de Documentalistas de Puerto Rico, se mostrarán documentales de la serie «DocTV Latinoamérica 2014», que exponen historias de los pueblos latinoamericanos y caribeños.
Asimismo, habrá una exhibición de películas haitiano-dominicanas, como reflejo de la hermandad cinematográfica entre ambas naciones.
El cineasta y pintor Nicolás Guillén Landrián (Camagüey, 1938-Miami, 2003) trabajó de 1962 a 1972 en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) como asistente de producción y director de documentales.
Guillén Landrián fue acusado de desviación ideológica y fue enviado a trabajar a una granja avícola en la Isla de la Juventud. En 1989 se exiló en Estados Unidos con su esposa Grettel Alfonso, con quién vivió hasta su muerte.
Muchos de sus trabajos fueron censurados y no se exhibieron hasta tres décadas después. Entre sus títulos más importantes figuran En un barrio viejo (1963), premiado en el Festival de Cine de Cracovia, Ociel del Toa (1965) que recibió la Espiga de Oro de la Seminci de Valladolid, y Coffea Arábiga (1968).
«La mayor influencia que ha ejercido la obra de Nicolás Guillén Landrián, censurada en su tiempo, es sobre la de los jóvenes realizadores cubanos de hoy en día, desligados ya de la parafernalia de la Revolución y del dogma. Creo que ese solo hecho habla por sí solo de la importancia tremenda de los documentales de Nicolasito, cineasta que no dudó nunca en lanzar preguntas atávicas sobre la realidad cubana», expresó el cineasta cubano Manuel Zayas, autor del primer documental dedicado a la vida de este insigne cineasta (Café con Leche, 2003), en entrevista con Diario de Cuba.
En tanto, para el crítico, periodista y profesor de la EICTV de San Antonio de los Baños, Dean Luis Reyes, estudioso de sus documentales, «Nicolasito es el poeta de la distancia del cine cubano. Mira desde afuera, no se involucra (aparentemente). Renuncia al entusiasmo exterior predominante en el cine cubano de su tiempo. Así consigue ahondar en los procesos de socialización vigentes, forzando el objetivo de su cámara del plano general (la Plaza llena, las movilizaciones) al primer plano (las historias individuales, el hombre)».
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